Para terminar el año hemos tenido cumbre internacional en Copenhague, cuyo objetivo era, y lo digo en pasado, una reducción sustancial de los gases del efecto invernadero, la más grande jamás realizada sobre cambio climático.
Miles de millones de euros gastados por los distintos países, bajo un frío polar, para finalmente descubrir la realidad, el mundo es de China y de los EEUU y entre ellos dos toman las decisiones. Entre ambos estados se genera más del 40 por ciento de estas emisiones y ambos fueron los países que más reticencias mostraron en el pasado para alcanzar el acuerdo de reducir sustancialmente el CO2 expulsado a la atmósfera, por temor a que un compromiso en este sentido limitara su crecimiento económico. Recordemos que para limitar el aumento de la temperatura terrestre en dos grados centígrados (lo que se traduce en 450 partes/millón equivalente de CO2) y con el horizonte de 2030, la AIE calcula que serán necesarias unas inversiones de 10,5 billones de dólares hasta ese año en los sectores relacionados con la energía. El 75% de esa inversión deberá acometerse antes de 2020 y los países de la OCDE, entre ellos España, correrán con el 48% del gasto.
Si esto no resulta suficientemente clarificador, nos remitimos que en Noviembre de este mismo año Estados Unidos y China ya harían oficial el fracaso de la conferencia del clima que se celebrará el siguiente mes en Copenhague. Los líderes de ambos países, apoyados por algunas de las principales naciones emergentes del mundo, comunicaron al Gobierno de Dinamarca que no sería posible conseguir en esa ocasión un acuerdo vinculante que permita la reducción de emisiones de dióxido de carbono.
Por si esto no nos diese a entender cual ha sido el valor de esta carísima cumbre, nos remitimos a las declaraciones del presidente de EEUU, Barack Obama, minutos después de hacerse público el pacto que “el acuerdo no vinculará legalmente a EEUU aunque sí hará que los países fijen sus objetivos de recorte de emisiones de gases contaminantes".
Varias cosas nos deja claras la cumbre celebrada en la ciudad danesa. Lo primero de todo es que Kyoto no es más que papel mojado y una enorme factura en forma de derechos de emisión para muchos países firmantes entre ellos España, millones que vendrían muy bien a nuestra maltrecha economía. Lo segundo es que la vieja Europa y Japón ya van camino del geriátrico, y EEUU junto con el gran dragón chino, son los que toman las decisiones en el mundo. En tercer lugar el papel de comparsas de la gran mayoría de países del tercer mundo y en desarrollo, que no tienen ni voz ni voto y solo sirven para ambientar las cumbres. En cuarto lugar se demuestra que la gran mayoría del movimiento ecologista que acude a estas cumbres a increpar a los asistentes y montar un gran espectáculo por los alrededores no es más que una parte esencial del espectáculo, ruidosa, llamativa y en algunos casos violenta, pero a fin de cuentas eso extras de la película. Y por último que la tierra no es del viento, es de dos que no piensan dar su brazo a torcer con tal de defender sus potentes industrias, China y los USA.
Des de Món Ecològic queremos destacar el gran derroche de medios económicos para nada, y la política eco-literaria del Gobierno de España sin el más mínimo contenido real, donde solo hemos sacado en claro, que ‘la tierra es del viento’ y, que el señor Carod Rovira acudía a la conferencia en nombre de España, si bien luego se desmarcó consiguiendo que no le dejaran acceder.
Mon Ecològic quiere proponer al Gobierno Zapatero una serie de medidas concretas que ayudarían a mejorar los ecosistemas valencianos.
1º Que el dinero destinado a comprar derechos de emisión se destinen a mejores fines dentro de de España y en concreto a Valencia, incentivando proyectos empresariales que generen riqueza en armonía con la naturaleza y de recuperación de la misma.
2º Que se destinen los fondos que se van a dilapidar con el Protocolo de Kyoto ahora Copenhague, a mejorar el sistema de regadíos de Castilla la Mancha, para que los agricultores castellano manchegos dejen de asesinar los ríos valencianos perforando pozos en las orillas de los mismos, al paso por su territorio, para regar de forma extensiva unas tierras que son de secano y que solo llevan casos como las Tablas de Daimiel.
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3º Que se destinen los fondos despilfarrados en viajes a cumbres inútiles, a dar a conocer a la población las medidas que pueden tomar para mejorar el medio ambiente, demostrando que si todos hacemos un poco, el beneficio para el planeta será enorme e impagable.
4º Que los políticos que nos han representado en Dinamarca dimitan, por el ridículo que han hecho y nos han hecho hacer a los españoles soportando las carcajadas de medio mundo tras escuchar las citas literarias utilizadas por alguno que no queremos nombrar.
El equipo de Mon Ecològic entiende que si toda la sociedad se conciencia en la defensa de la naturaleza y los políticos dejan de quemar dinero en ridiculeces, la tierra saldrá mucho más beneficiada que organizando grandes cumbres.
Món Ecològic
http://mon-ecologic.tk
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